Van Gogh: el suicidado de la sociedad.








Percibir los latidos, constantes, uno a uno, queriendo que ese susurro intermitente fenezca
El aliento aun corrompido por el hedor de fantasmas y un incesante clamor de una sociedad que no es la suya
Caminar y levantar la mano derecha, sintiendo el aire fresco de la mañana
Apartar de si los reiterados alaridos de la locura, reemplazándolos por el sol
Aunque la caída sea inminente
Huir en la pulsión del empaste sobre la tela, con una melancólica esperanza de la calidez humana y ajena
Día tras día, en la vorágine de una creación muda dentro de su sangre

Certeza de silencio

Comentarios

Entradas populares de este blog